Berlín, Alemania.

Berlín

Por Mariana del Alba López Rosado

Resumir Berlín, tanto en pisadas como en fotografías es, sin lugar a dudas, tarea imposible. La inmensidad de la ciudad la hace inabarcable en todos sus sentidos. Lo importante, entonces, sería lograr llegar a los lugares simbólicos y dejarse llevar por la innumerable cantidad de arte público que se encuentra en sus calles. Arte público que es memoria y estética, dolor y belleza y que por ninguna razón puede pasar desapercibido por nuestros ojos.

Creo que para presentar -a través de un ensayo fotográfico- tan inmensa y conocida ciudad podría ser mejor destacar unas pocas cosas con las que me he encontrado y darles la importancia que merecen a partir de la sorpresa que causa encontrarse con ellas en el espacio urbano.

Primeramente, caminando por el antiguo Berlín del Este, apareció ante los pasos una exhibición titulada «Ausbruch im Osten 1987-1989», fotografías de von Harald Schmitt en el Museum in der Kulturbrauerei. Este espacio llamado Kulturbrauerei es una antigua fábrica de cervezas que operó durante el siglo XIX y que, con múltiples patios interiores que conectan, logran que los múltiples edificios queden conectados por un espacio de convivencia y encuentro. Esta antigua fábrica es ahora un centro cultural con una oferta más que diversa que cuenta, por ejemplo, con restaurantes, museos, cines, teatros, etc. En el momento en que lo visité su patio albergaba un mercado de Navidad y pude aprovechar el encuentro no planificado con tan hermoso lugar para apreciar al detalle la exhibición fotográfica de von Harald Schmitt (pueden ver fotos adelante, con la explicación del comisario). También pueden ver más detalles del centro cultural aquí.

Características de arte público en esta zona (el Este) son múltiples, aunque algunas de las más destacadas podrían ser las planchas de acero con fragmentos de los textos de Rosa Luxemburgo, el monumento a Marx y Engels, entre otros. La ciudad guarda como reliquia preciada rastros del muro de Berlín que se pueden encontrar tanto buscándolos como no haciéndolo, eso es algo que intento recoger en las fotografías, la espontaneidad con la que aparecen entre plantas, entre edificios residenciales, o bien, en las zonas más concurridas de la ciudad. Pero, sin duda, no todo es el muro en su forma más literal y material, también se encuentra el trazado en zonas verdes, en plazas o bien, en la propia acera por la que se camina.

Finalmente, como otro suceso característico de estos tiempos, se puede observar en este ensayo las fotografías de los monumentos efímeros que se alzan en memoria de las víctimas de los actos terroristas cometidos en París el pasado 13 de noviembre de 2015. El mismo se ubica frente a la embajada francesa en Berlín y coincide con un entorno particular, tanto por tener a pocos metros la Puerta de Brandeburgo, un enorme árbol de Navidad, como también La Menorah que, en estos tiempos de guerra y terror envía un mensaje de tolerancia y paz no solamente a través de su presencia en el espacio público -ya de por sí, más que simbólico-, sino por la programación de actividades reivindicativas en dicho espacio. Ver más información sobre la participación de los refugiados sirios en el encendido de La Menorah aquí y también aquí.

En resumidas cuentas, una ciudad inabarcable, pero con una diversidad cultural, arquitectónica y de arte público que nos invita a ser partícipes de pequeñas historias y de sus formas más efímeras que, indudablemente, marcan la experiencia y diferencian una visita de otra.