Conclusión de Ponencia: Derecho a la Ciudad.

DERECHO A LA CIUDAD

El miércoles 2 de noviembre de 2016 fui parte de un panel que forma parte del Ciclo de Conferencias ¨Río Piedras se piensa, se une y se transforma¨, organizado por el Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial de Río Piedras (CAUCE). Tuve el placer de compartir este panel con los arquitectos Edwin Quiles, Elio Martínez Joffre,  con la profesora Marlene Duprey y con la Directora Ejecutiva de CAUCE, la doctora Mercedes Rivera-Zonamental.

Hay veces que las conclusiones de los trabajos recogen más de lo que se piensa.

Esta conclusión resume lo pensado, lo trabajado y las ansias de que nuevas formas de pensar y asumir la ciudad sean posibles.

Mi ponencia llevaba por título ¨Derecho a la Ciudad¨, y fue un intento de entrar en el trasfondo teórico del término y de las diferentes adopciones y adaptaciones académicas e intelectuales antes de llegara a ser un término más común en los tratados internacionales o en las políticas públicas de unas pocas ciudades. La pertinencia del derecho a la ciudad es indudable y toca entenderlo a cabalidad para poder hacerle el mejor de los frentes a la incertidumbre del contexto político al que nos acercamos, del que muy poco sabemos, pero del que no nos salvaremos. La única forma de salir airosos es asumirnos como ciudadanos políticos, conquistar la ciudad y trabajar incansablemente por la defensa de lo público y lo común.

En fin, comparto mi conclusión, con ánimos de seguir el debate, de que sigamos creciendo en reflexión y en acción. 

¨En momentos en los que se busca retirar a los políticos de la autoridad, el poder vuelve a los ciudadanos. Sucede, que nunca se fue, que por estar en un estado durmiente nos creímos que se había esfumado y ahora toca levantarle, de golpe y sin pena. Asumirnos políticos es un gran paso, esa afirmacion nos llevará a la defensa de los derechos que quedan desprotegidos por parte de las nuevas formas de fiscalizar y gobernar el país. Nadie más los defenderá por nosotros. Hoy el derecho a la ciudad tiene más sentido y vigencia que nunca. Es recuperar la calle, la noche, lo común y lo político. Es reclamar el derecho a un techo digno, a una educación de excelencia, a una seguridad pública de vanguardia y sensible. Es reclamar el acceso a los derechos básicos como una garantía de la vida política activa. Sin una vida privada segura, no hay ciudadanos políticos, sin ciudadanos políticos no hay ciudad democrática. Si queremos una ciudad de todos y para todos, toca esforzarse en un proceso de reflexión-acción simultáneo, con estrategias brillantes y con toda la urgencia que amerita nuestro contexto político actual. El derecho a la ciudad es eterna conquista, es abrir las puertas de los espacios físicos y abstractos que nos lleven a politizar nuestra vida, las necesidades del otro, y así articular un movimiento que, no sabemos lo que será, pero lo importante es que será.¨